13.4.11

Exposición


LA VITICULTURA: REGIÓN Y UVA COMO FACTORES DECISIVOS


            El vino no sólo es una bebida sabrosa, tentadora, y deliciosa sino también el producto de un largo proceso científico.  Antes de producir su vino por extraer el zumo de la uva, fermentarlo y madurarlo, cada viñedo necesita mucho tiempo para cultivar y cuidar las uvas.  Cada año las uvas resultan diferentes. Si eres aficionado del vino y quieres convertirte en productor de vino hay mucha información para estudiar y también muchas decisiones importantes que afectan el éxito de tu producto final.  Aunque todas decisiones son importantes, la elección de la región y la uva es la más importante de todas porque contribuye a los sabores distintos del vino y controla la calidad del vino.
            La ubicación y el tipo de uva van de la mano.  Cuando alguien considera la ubicación, o mejor dicho, la región, hay que pensar en el clima, la latitud, la altura, la cantidad promedia de lluvia por año,  las horas promedias de  luz por día, y la condición de la tierra.  Con todas estas condiciones en mente, hay que elegir la especie de uva que  pueda crecer con fuerza en las condiciones específicas de la región que ha elegido.  En una investigación hecha por Cristina Rössler, Nidia Barbero y Pablo Canziani de la Pontificia Universidad Católica Argentina, llamada Estudio de los Procesos Atmosféricos en el Cambio Global, los investigadores lograron encontrar la región más deseable para la vitivinicultura, dentro de Argentina.  Como resultado, encontraron que las mejores condiciones para la vitivinicultura argentina existen en el norte de la zona patagona, a una altitud menor, entre los paralelos 36ºS y 40ºS donde el clima es “templado a templado frío, subhúmedo en el oeste y semiárido hacia el este, con un rango de precipitaciones medias de 150-300mm/año.”  En este caso específicamente, después de analizar y comparar las temperaturas diarias, la precipitación, la humedad, y la geografía (montañas versus estepa) de cada región, los investigadores decidieron que la región más adecuada para la proliferación de las uvas es la región donde ya las están cultivando. También, notaron que las variedades de uvas para el vino tinto, y más específicamente “merlot, malbec, syrah, y pinot negro,” son las que predominan esta región (3).   
            Dentro del tema climático discutido anteriormente, se debe considerar las horas de luz como uno de los factores dominantes que contribuye no sólo a la viabilidad de la vid sino también al sabor final del vino.  Una fuente en línea explica que, “La fotosíntesis es un proceso que transforma la energía de la luz del sol en energía química. Consiste, básicamente, en la elaboración de azúcares a partir del C02 ( dióxido de carbono) minerales y agua con la ayuda de la luz solar” (botanical-online).  Otro sitio web llamado “Taller de Vinos” describe que se puede considerar cada vaina de uva como un mini almacenamiento de azúcar.  Si la vid está expuesta a una cantidad saludable de sol, el proceso de fotosíntesis ocurre aún más, la planta desarrolla más, y como resultado final, hay una concentración de azúcar más alta en las vainas.  Por otro lado, si hay poco sol, la planta no desarrolla tanto y resulta en uvas que tienen una concentración de azúcar mínima.  Durante el proceso de maduración de la uva en la vid, ocurre un período en el cual la uva va aumentando la concentración de azucares a una velocidad superior mientras simultáneamente disminuye el contenido de ácido.  Este proceso normalmente ocurre cuando la uva cambia de color (por ejemplo cambia de verde a morado).  El equilibrio entre los contenidos de azúcar y ácido es muy importante y el cambio de este equilibrio altera el sabor de la uva en consecuencia.
            Después de considerar cómo la exposición al sol afecta el sabor de la uva, es interesante notar que una copa de riesling, la cual viene de la región Rin en Alemania, no tiene un sabor mantecoso como una copa de chardonnay de Borgoña en Francia, sino que sabe muy dulce.  Si hiciéramos una investigación de los climas de la Rin y la Borgoña, encontraríamos cuáles condiciones (como cantidad de agua, cantidad de luz, tipo de tierra, etc) producen cuáles sabores.  De hecho, yo propondría hipótesis que hay más exposición al sol en la Rin en comparación con la Borgoña.  De esta manera, se puede predecir cómo el producto final que saboreamos en la boca viene en parte de la ubicación y la especie de la uva.
            Según el artículo llamado Protección y Gestión del Origen escrito por el Instituto Nacional de Vitivinicultura en Argentina, el origen de los vinos sirve como un sello que da una marca al vino por definir su sabor único.  El instituto argentino dice que “es definitivamente, cada uno de nuestros terruños el que da los atributos y la estirpe a cada uno de nuestros vinos.  Es de ellos que el vino saca su identidad y los caracteres cualitativos que lo distinguen de otro vino.  Y es de ese origen que lograremos un mayor valor para nuestros vinos ya reconocidos en el mundo” (2).  Desde este artículo, se puede ver cómo el origen o la ubicación del vid se convierte en un punto de orgullo para los argentinos quiénes están competiendo y luchando por ser reconocidos por su vino superior.
            Desde que el clima no es un factor constante, sino variable, y como consecuencia, la calidad del vino también es variable, los aficionados del vino inventaron un sistema para que todos puedan saber cuál vino deben comprar: la etiqueta.  Publicada en la botella de vino, la etiqueta incluye la cosecha, la región, la uva, y el viñedo.  ¿Por qué anuncia esta información en lugar de otros aspectos? Porque son los factores que marcan la calidad del vino.  Por ejemplo, si estoy en la licorería eligiendo una botella de vino, con la información en la etiqueta, puedo buscar el vino en una enciclopedia para ver cómo fue el clima en el año y la región particulares del vino y cómo afectó al sabor de la uva particular.  Las enciclopedias, por ejemplo The Sotheby’s Wine Encyclopedia, toman la región y la uva y se las convierte en una sugerencia según las variaciones del clima en el año especificado.
            Ya que sabes cómo la elección de la región y la uva contribuye a la calidad del vino, imagínate que tienes una cantidad ilimitada de dinero y quieres empezar tu propio viñedo.  ¿Cuál región y uva elegirías tú? ¿Por qué?

Bibliografía
"La Fotosíntesis." Botanical-Online. N.p., n.d. Web. 2 Mar 2011. <http://www.botanical-online.com/fotosintesis.htm>.

"La Vid y su Entorno." Taller de Vinos. N.p., n.d. Web. 2 Mar 2011. <http://perso.gratisweb.com/tallerdevinos/lavidysuentorno.html >.

"Protección y Gestión del Origen." Instituto Nacional de Viniviticultura 5. Web. 2 Mar 2011. <http://www.inv.gov.ar/principal.php?ind=1>.

Rössler, Cristina, Nidia Barbero, and Pablo Canziani. "Estudio de los procesos atmosfericos en el cambio global." El Clima y la Viticultura en Patagonia Ayer, Hoy y Perspectivas 1. (2006): 10. Web. 2 Mar 2011. <http://www.uca.edu.ar/uca/common/grupo32/files/clima- viticultura.pdf>.

11.3.11

Ensayo de Reseñas


       El Arte del Sabor

       Con respecto al vino, tengo una cierta curiosidad: en un sorbo ¿de dónde viene cada sabor distinto? Quiero saber más específicamente, cuando estoy leyendo una descripción de vino, ¿cómo la traduzco a mi propia percepción?  Por ejemplo, si yo llamo este color azul y aquel color rojo, tal vez mi amigo no ve los mismos tonos que yo veo, pero todavía llama azul, azul.  Si la descripción dice que el vino sabe a cereza, ¿qué sería mi propia descripción del mismo sabor? Para ser capaz de contestar  mi propia pregunta, decidí ir a la licorería para comprar tres tipos de vino español y hacer una investigación de dos partes.  Primero, quería probar los vinos juntos para poder comparar las diferencias entre la apariencia (el color y las piernas), el olor, el sabor, y el regusto de cada uno.  Después de hacer y escribir un análisis personal de los vinos, y para la segunda parte de mi investigación, quería buscar el sitio web de cada viñedo y encontrar los hechos y las descripciones de cada vino para compararlos no sólo entre ellos, sino también con mis propias descripciones.  El empleado en la licorería me recomendó que probara tres uvas diferentes de tres regiones distintas, pero todos del mismo año.  Siguiendo su recomendación, compré tres botellas que costaron entre $10 y $13: “Castaño Monastrell, Yecla 2008,” “Vega del Castillo Garnacha, Navarra 2008,” y “Beronia Tempranillo, Rioja 2008.”  En los nombres de vino, el nombre del viñedo aparece primero, luego la uva, la región, y finalmente el año.  En vez de decir los nombres enteros, voy a referirme a cada botella según las uvas: Monastrell, Garnacha, y Tempranillo.
         Vertí las tres copas, y para notar los colores, puse una hoja de papel blanco detrás de las copas.  A primera vista, todos eran muy similares con un color de cereza oscura.  Mientras que el garnacha era el más oscuro, el monastrell tenía tonalidades violetas, y el tempranillo estaba en el medio de los dos.  Después de arremolinar la copa, las piernas aparecen; son líneas de líquido transparentes que se derriten hacia abajo en los lados de la copa.  Nos indican el contenido del alcohol.  Noté que las piernas del vino eran del mismo tamaño y bajaban a la misma velocidad, y había la misma cantidad en cada copa.  Esta observación era interesante porque nos dice que probablemente el contenido de alcohol es igual en cada vino, pero cuando comparé los olores, el monastrell tenía dejos florales y de cerezas y un olor fuerte al alcohol.  Por otro lado, ningún de los otros olía a alcohol.  El garnacha olía a pimiento, pasas de corinto y frutas.  Era picoso y acerbo.  El tempranillo olía a madera, ciruelas, y bayas.  Era dulce y robusto. 
         En la próxima fase de análisis, los probé todos.  El monastrell me hizo fruncir las partes detrás e inferiores de la lengua.  El sabor principal era ácido.  El regusto era sutil y casi sabía a tabaco.   En comparación, el garnacha tenía un ácido mediano, sabía a tierra y también era picante y suave con dejos de fruta.  El regusto sabía a tierra y era amargo.  De todos los vinos, el tempranillo era mi favorito.  Sabía a roble principalmente y podía saborear un gusto picante en la parte trasera de la boca.  No era amargo ni ácido, sino aterciopelado, con taninos agradables.  Noté un regusto afrutado.
         Con esta evaluación en mano, busqué los vinos en la red y encontré descripciones y hechos provistos por los viñedos: Castaño (www.bodegascastano.com), Vega del Castillo (www.vegadelcastillo.com), y Beronia (www.beronia.es).  Ninguno de los sitios nombran un autor porque el autor es el viñedo mismo.  Tomando esta información en cuenta, es importante notar que cada viñedo se describe con la intención de vender su vino.  No van a decir que su vino es malo, o mejor dicho, no son críticos, sino promotores.  También, hay que suponer que los viñedos quieren proveer descripciones precisas para ayudar a sus clientes a elegir el vino más apropiado y porque si engañan a sus clientes, no van a establecer clientes de vuelta.          
         Al entrar en los sitios, observé que la página web de Castaño era la más sencilla de todas con un fondo blanco y una fuente de Times New Roman de 12 puntos, pero al mismo tiempo, esta página web enfocaba más en atraer a los extranjeros en comparación con las otras dos porque tenía la opción de elegir inglés, español, o alemán.  Vega del Castillo tenía dos opciones: inglés y español, mientras que Beronia sólo tenía español.  La página web más sofisticada de todas era la de Beronia.  Al entrar, había música parecida a la que se oye en los ascensores y fotos del viñedo volando sobre la pantalla.  Además, la página web más fácil de usar era la de Vega del Castillo.  De cada sitio tomé impresiones distintas.  Castaño se preocupa por producir una gran cantidad de vino a un precio bajo y alcanzar el número más alto de clientes que sea posible.  Por otro lado, Beronia tiene mucho orgullo de su producto y quiere que sus clientes piensen que su vino es lujoso.  El tercer viñedo, Vega del Castillo, está en el medio de los otros dos.
         Para comparar mis observaciones con las descripciones de los viñedos, voy a empezar con la apariencia.  El monastrell era descrito como “rojo ciruela morada, capa media brillante,” (castaño) mientras el garnacha tiene un “color rojo cereza,” (Vega del Castillo) y el tempranillo “presenta un color rojo picota oscuro” (Beronia).  Con respecto a las piernas, encontré que yo tenía la razón, cada botella contiene exactamente el mismo contenido de alcohol: 13.5%. 
         En comparación con mi propio análisis del olor de los vinos, pienso que la descripción del monastrell era un poco colorida o engañosa mientras las otras eran más precisas.  Noté anteriormente que el monastrell tenía un olor a alcohol muy fuerte, pero el viñedo lo llama “limpio en nariz, frutos rojos maduros, (ciruelas, arandanos)” (Castaño).  Vega del Castillo dijo que el garnacha tiene “aromas a frutas muy maduras,” y Beronia dijo que los tempranillos “en nariz destacan sus notas ahumadas y tostadas con un fondo de cacao.” 
         Las descripciones del sabor son parecidas a la del olor: la descripción de el monastrell era, otra vez, engañosa, mientras las otras eran correctas.  El viñedo Castaño anuncia su monastrell como “suave, de medio paso con taninos redondos.”  Eso no concuerda con el efecto arrugoso que experimenté en la lengua.   Sobre el garnacha, el viñedo dice que es un vino “agradable, fructoso y equilibrado” (Vega del Castillo).  Diría que esta descripción suena muy parecido a mi descripción como un vino suave y de ácido mediano.  Finalmente, el viñedo Beronia dijo que su tempranillo es “un vino redondo, con volumen, y un paso cálido, con recuerdos de moras, cerezas y grosellas.”  También dijo que el tempranillo es “suave y elegante, con una personalidad única que se revela muy seductora a través de su expresión en boca y nariz.  Torrefactos, vainilla y frutos rojos en perfecta armonia” (Beronia).  Esta descripción me parece muy bien dicha porque, de los tres vinos, el tempranillo era el vino que me sorprendió más, con su sabor atrevido y aterciopelado. 
         Después de hacer todas mis investigaciones, aprendí que los sabores aterciopelados, picantes, robustos, y a roble y vainilla son los que me gustaron más, vienen primero de la uva tempranillo y segundo del método de elaboración.  Antes de que esté listo para consumir, el tempranillo queda en barricas de roble americano por nueve meses.  En comparación, la garnacha de Vega del Castillo sólo dura tres meses en barricas de roble americano y la monastrell no tiene ningún proceso de envejecimiento.  Con todo lo anterior en mente, yo sé que para satisfacer mis papilas gustativas, hay que buscar un vino con un proceso largo de envejecimiento en barricas de roble americano.  Además, he concluido que mientras las páginas web de los viñedos proveen descripciones tentadoras de sus propios vinos, algunos (como el viñedo Castaño) comunican demasiado orgullo de un vino que es en realidad bastante sencillo.



Bibiliografía

"Garnacha 2008." Bodegas Vega Del Castillo. Web. 9 Feb. 2011.
            <http://www.vegadelcastillo.com/>.

"Monastrell 2008." Bodega De Vino Cepa Monastrell Vinos De Murcia.             Web. 9 Feb. 2011.             <http://www.bodegascastano.com/>.

"Tempranillo 2008." Bodegas Beronia. Web. 9 Feb. 2011.
            <http://www.beronia.es/>.

10.3.11

Pregunta de Opinión


¿Uds. piensan que una botella de vino puede ser considerado una obra de arte? ¿Por qué o por qué no?

20.2.11

Ensayo Personal

El vino como una forma de arte
Siempre me ha encantado el arte.  Cuando miro El Tres de Mayo por Francisco Goya, me fascina el mensaje político que representa la pintura.  Si veo una salida del sol pintada por Claude Monet, me inspira el modo suyo tan único de usar el color.  Y lo que me encanta más con respecto al arte es que, por ejemplo, cuando veo A Onda por Anita Malfatti, las pinceladas impresionistas me hacen sentirme libre.  El arte en general me da esta sensación de libertad.  Siempre he sido una persona que busca dos cosas: la libertad y nuevas aventuras.  Por eso, cuando tenía  dieciocho años, fui a la universidad y decidí dejarla después de un semestre.  Pensé que asistir la universidad era demasiado tradicional y me hizo sentirme enjaulada dentro de un sistema regido por las reglas sociales.  En vez de seguir en la universidad, pasé el tiempo volando helicópteros (estaba trabajando para obtener una licencia comercial); viajando a varios países, entre ellos: Francia, Rusia, y Panamá; y trabajando como subdirectora de recreo para una familia rica de los Estados Unidos y sus compañeros, facilitando cualquier actividad que quisieran hacer.   Después de casi cinco años haciendo este tipo de trabajo y a la vez explorándome a mí misma, me di cuenta de que tengo un aprecio por las diferencias culturales y de lenguaje que existen en el mundo.  Cuando fui a España en 2008, decidí regresar a la universidad.  En fin, la decisión de obtener un bachillerato en las culturas y lenguas españolas y portuguesas ya no me iba a hacer sentirme enjaulada, sino iba a contribuir a mi búsqueda para la libertad y aventura.  
En España no solo aprendí que tengo un aprecio inmenso de la cultura, sino que en la misma manera que disfruto el arte,  disfruto el vino.  Cada día iba a un viñedo diferente para experimentar cómo los españoles hacen el vino y, por supuesto, para probar el vino también.  En la mayoría de los viñedos encontré que los dueños querían compartir su propio vino con los invitados. Estaban orgullosos de su vino y por buena razón.  Para producir el vino se requiere una combinación de trabajo duro y un conocimiento profundo de la viticultura.  Cada año el sabor del vino resulta diferente y el éxito del vino depende del esfuerzo que los empleados hagan para trabajar con el clima.  El vino, a diferencia de todas otras bebidas, es una expresión cultural del viñedo individual.  El vino no sólo es una bebida alcohólica, sino también es una obra de arte.  Así como las pinceladas de Monet no son iguales a las pinceladas de Malfatti, las uvas de la región de Burdeos en Francia no tienen el mismo sabor en comparación con las uvas de Navarra, España.  Por eso, cuando pruebo un nuevo vino, lo tomo con los ojos muy abiertos y una sonrisa en la boca, como alguien en espera de una gran sorpresa.
Después de mi viaje a España, sigo probando y aprendiendo sobre el vino.  Para avanzar mi propio conocimiento del vino en un ensayo de reseñas, me gustaría comparar tres vinos (cada uno de una región distinta) por probarlos y después leer las descripciones de los vinos que existen en los sitios web de los viñedos.  Quiero saber cuáles elementos específicos contribuyen al sabor único de cada vino.  Para la exposición quiero explorar los pasos científicos de la viticultura.  En el ensayo libre , me gustaría escribir de cómo el vino se ha hecho una parte de la cultura española.  Finalmente, quiero persuadir a mis lectores que el vino es una obra de arte.  La meta principal que tengo en mente para esta serie de ensayos es simplemente profundizar mi propio aprecio y conocimiento del vino español.